martes, 30 de octubre de 2007

Ante la duda, la más sesuda

¿Por qué cuando vamos al museo del Prado a los visitantes nos persiguen los guardias de seguridad cual chorizo en joyería con tal de que no saquemos la cámara de fotos/video?

Siempre se ha dicho que el flash estropea los cuadros, que el pigmento se jode y tal. Hasta cierto punto no deja de tener su lógica. Pero entonces, me surge la duda... Hoy inauguraron la nueva ampliación del museo, había gente de la realeza, y periodistas a punta pala. Sí, damas y caballeros, ¿Qué llevan los periodistas? ¡Cámaras!. ¿Y qué llevan las cámaras? ¡Sí!¡Flashes!. ¿Y a que no sabeis qué? ¡No había un puñetero guardia en la sala!¡Y estaban usando Flash!-por supuesto mucho más potente que el de la mejor cutrecámara de 4 megapíxels que podamos tener en nuestro kit turístico-. Ante tamaño acto de terrorismo informativo -a servidor se le ponian los pelos como escárpias, oiga-, no me queda más que protestar ante semejante tomadura de pelo.

En realidad lo que pretenden es vender catálogos, postales -que nadie usa ya- y demás merchandising cutre que solo sirve para decir a los demás que tu también estuviste donde ellos. (Yo compré dos dedales de porcelana para mi mamá :))... ¡Oh, Dios mío! ¡He caido en sus trampas!

En fín, que aquí pueden ver el video de la noticia. Contemplen los Flashes que sufren las pinturas
sin piedad alguna. Video

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