Esta noche, entre las 23:30 y las 0:15, ¡Bump! -sonido del subwoofer-, señal que, junto a la oscuridad generalizada, me avisa de que se acaba de ir la luz. Sí señores, una de esas bajadas de tensión injustificadas que lo mismo te queman una tostadora que un monitor. Y que si te quejas no tienes cómo demostrar que ha pasado. Pues bueno, a aguantar mientras vuelve la luz, uno tira de linterna, vela o mechero. Lo primero que pille.
Siempre me he fijado en una cosa que sucede cuando se va la luz -sabe Dios si por instinto natural- y es que todo el mundo corre a asomarse a la calle, en parte para comprobar si es un apagón generalizado u solo cosa de nuestros caprichosos fusibles. Me resulta una actitud curiosa cuanto menos. ¿Será debida a que necesitamos estar con otras personas para vencer el miedo a la oscuridad? ¿O quizá se trata de ganas de quejarse y que alguien nos escuche?
En fín, el trabajo estaba sin guardar, y el apagón se lo llevó todo. ¡Gracias, compañía eléctrica!
1 comentario:
más bien diría aquello de..."mal de muchos, consuelo de tontos" y que si todo el vecindario está igual, no nos sentimos tan....mal, por decirlo de alguna manera XD
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