Hasta las narices de esa gentuza que se dedica a poner bombas... y otra vez contra un militar, igual que hace 12 años cuando me tocó relativamente cerca la broma de estos animales.
Pongámonos en antecedentes: 20 de Mayo de 1996 (yo tenía 10 años), los miembros del "comando Andalucía" recibieron indicaciones del dirigente etarra José Javier Arizcuren Ruiz, "Kantauri", para que comprobaran el itinerario y horarios de un autobús militar que viajaba desde Córdoba hasta la base militar de Cerro Murriano.
El 17 de mayo de ese año, Pedrosa, Azurmendi y Asier Ormazabal confeccionaron tres artefactos explosivos de unos 200 kilos de amosal que colocaron en dos ollas metálicas, y otro aparte de 6 kilos de amosal. Las dos ollas las colocaron en dos coches que previamente robaron y que colocaron a la altura del número 11 de la avenida Carlos III de Córdoba, por donde pasaba el autocar para terminar de recoger a los pasajeros en su ruta diaria.
El tercer artefacto fue colocado en un contenedor de basura en la misma avenida. Ormazabal fue el encargado de accionar el mando a distancia en el momento en el que el autobús pasaba por delante de los dos vehículos estacionados. Sin embargo, sólo hizo explosión la bomba del contenedor, que provocó la muerte del sargento del Ejército de Tierra Miguel Angel Ayllón, y heridas de un alférez y un capitán de Artillería, quienes esperaban el autocar cerca del recipiente de basuras.
También resultó herido un matrimonio que circulaba por el lugar de los hechos en su coche. Hoy en día, a la entrada de la avenida hay una glorieta en memoria de las víctimas.
Foto por Jorge Pradas.
Pongámonos en antecedentes: 20 de Mayo de 1996 (yo tenía 10 años), los miembros del "comando Andalucía" recibieron indicaciones del dirigente etarra José Javier Arizcuren Ruiz, "Kantauri", para que comprobaran el itinerario y horarios de un autobús militar que viajaba desde Córdoba hasta la base militar de Cerro Murriano.
El 17 de mayo de ese año, Pedrosa, Azurmendi y Asier Ormazabal confeccionaron tres artefactos explosivos de unos 200 kilos de amosal que colocaron en dos ollas metálicas, y otro aparte de 6 kilos de amosal. Las dos ollas las colocaron en dos coches que previamente robaron y que colocaron a la altura del número 11 de la avenida Carlos III de Córdoba, por donde pasaba el autocar para terminar de recoger a los pasajeros en su ruta diaria.
El tercer artefacto fue colocado en un contenedor de basura en la misma avenida. Ormazabal fue el encargado de accionar el mando a distancia en el momento en el que el autobús pasaba por delante de los dos vehículos estacionados. Sin embargo, sólo hizo explosión la bomba del contenedor, que provocó la muerte del sargento del Ejército de Tierra Miguel Angel Ayllón, y heridas de un alférez y un capitán de Artillería, quienes esperaban el autocar cerca del recipiente de basuras.
También resultó herido un matrimonio que circulaba por el lugar de los hechos en su coche. Hoy en día, a la entrada de la avenida hay una glorieta en memoria de las víctimas.
Foto por Jorge Pradas.
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